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El intendente dialogó con periodistas que no son de Zárate

El autógrafo de Diego Armando Maradona al intendente.
El autógrafo de Diego Armando Maradona al intendente.

Por Eduardo Rivas, corresponsal de NOVA en Zárate.

En su poema ‘No caminho com Maiakovski’, el autor brasileño Eduardo Alves da Costa escribe…

‘La primera noche,

ellos se acercan

y toman una flor de nuestro jardín.

No decimos nada.

La segunda noche

ya no se esconden,

pisan las flores,

matan a nuestro perro

y no decimos nada.

Hasta que un día,

el más frágil de ellos,

entra solo a nuestra casa,

nos roba la luna,

y conociendo nuestro miedo,

nos arranca la voz de la garganta.

Y porque no dijimos nada,

ya no podemos decir nada.’

Y aplica a la perfección a la situación que se vivió ayer en parte del periodismo zarateño cuando, tras el mensaje que el responsable de prensa municipal Maximilano Montezanti, enviara a algunos periodistas con quienes comparte un grupo de WhatsApp.

Todo comenzó como respuesta al mensaje oficial de extremar cuidados ante la proliferación de casos de COVID-19 pero tenía como origen la publicación que en horas de la mañana hiciera el Intendente Municipal Osvaldo Cáffaro invitando a escuchar sus palabras con un medio nacional.

Frente a esta invitación, los responsables del medio digital que posee más lectores en el Distrito, reclamaron al Municipio mayor interacción para con ellos. Lo curioso del caso es que pidan esto porque sostienen que ‘a los medios de afuera no les interesa la realidad de la ciudad, la que si nos interesa a nosotros’. Es por demás llamativo ya que la realidad del Distrito le interesa a muchos periodistas y muchos medios, sean o no locales y sin embargo no todos están incluidos en este grupo selecto de periodistas. Sería más oportuno y más prudente que antes de pedir igualdad de trato para con los de afuera, se pidiera igualdad de trato con los de adentro, porque pasa lo que ya anunciaba el Martín Fierro, los de afuera terminan devorando a los de dentro.

Rápidamente encontró eco en algunos colegas y hubo hasta quienes tildaron que el otorgar entrevistas a medios de fuera del Distrito es como una falta de respeto a los periodistas locales.

No deja de ser curioso este accionar, ya que no hubo un proceder parecido en ocasiones de igual o peor tenor.

Muchos de quienes le acercan las críticas a Montezanti callan sistemáticamente cuando en las conferencias de prensa gubernamentales no están invitados todos los medios locales. ¿Creerán que los invitan y no van? Es fácil saberlo, se consulta y listo. Si les sirve, les acerco la respuesta, no van porque no los convocan, y no los convocan porque son críticos, porque no son complacientes como los que participan de las conferencias, porque no dicen lo que el poder quiere escuchar. Porque cuestionan el poder, porque lo incomodan, porque señalan que el rey está desnudo mientras muchos eligen hacerle la claque para no perder los beneficios que trae consigo la actitud. Baste ver la rendición de cuentas del año 2019 para ver, por ejemplo, cuáles son los medios más favorecidos por el Municipio en términos económicos y ver su línea editorial. No sabemos qué es consecuencia de qué, pero claramente hay una retroalimentación entre ambas conductas.

Con más o menos fuerza, en general la postura fue acompañada por diversos periodistas, a lo que el responsable de prensa local, a quien entre otras cosas le preguntaron si había una organización de prensa paralela a la que comanda, recogió el guante y buscó bajar los decibles explicitando que ‘en mi van a encontrar siempre buena predisposición’, lo cual es una realidad, pero el problema es que no se le hacía un reclamo personal sino como miembro del gobierno municipal.

Gobierno que por cierto no suele recibir críticas de muchos de quienes parecen estar hoy muy enojados.

Quizás la clave la dio la periodista que tras reconocer que es difícil tratar con el Intendente, comentario que sostiene en círculos pequeños de gente solamente, afirmó que ‘lo que se dice y lo que no se dice, también comunica…’

Por eso comunica que muchos de estos periodistas hayan callado cuando había que hablar. Que hayan mantenido la luz apagada cuando era momento de prenderla ‘para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse’, siguiendo la frase de Ryszard Kapuscinski.

Porque ahora se acuerdan de enojarse, ahora que ‘sabemos que en dos años se tiene que ir. Y querrá jugar en otras ligas’, pero no se enojaron cuando los funcionarios les daban notas solo a algunos medios.

No se enojaron ni hablaron cuando el Municipio mentía y ellos alegremente propalaban las mentiras.

No se enojaron ni hablaron cuando el Municipio enviaba gacetillas de prensa de COVID-19 con falsedades probadas. Invito a quien tenga dudas que relea las columnas documentadas que hemos publicado, mientras ellos eligieron copiar y pegar las gacetillas sin análisis y respetando hasta los errores ortográficos.

No se enojaron ni hablaron cuando el Intendente pidió una sospechosa licencia laboral y en su ausencia se firmó el boleto de compra venta del predio de Concaro.

No se enojaron ni hablaron cuando en una escandalosa sesión se aprobó dicha compra en un proceder de dudosa legalidad.

No se enojaron ni hablaron cuando Rosana Núñez desapareció de la escena pública sin dar las explicaciones del caso.

No se enojaron ni hablaron cuando nombraron a Marcelo Schiavoni en un puesto inexistente.

No se enojaron ni hablaron cuando el Gobierno escondía (y esconde aún hoy) los casos de COVID-19 positivos entre sus funcionarios.

No se enojaron ni hablaron cuando Alejandro Cimiotta participó de fiestas clandestinas.

No se enojaron ni hablaron cuando en la misma Rendición de Cuentas en que figuraba el dinero que recibían los medios también aparecían funcionarios municipales como proveedores del Estado.

No se enojaron ni hablaron cuando por lo bajo recibían un trato diferencial en desmedro, incluso, de algunos con quienes ahora comparten el reclamo corporativo.

No se enojaron ni hablaron cuando el Intendente Cáffaro fue a ver un partido de Zárate Basket pese a que tenía que desarrollarse sin público.

No se enojaron ni hablaron cuando Zárate Basket jugó en el Club Paraná el pasado viernes 9 de abril contrariando la normativa vigente y que quienes hoy se quejan, difundieron sin una sola opinión el evento en los medios en que trabajan.

No se enojaron ni hablaron porque muchos, más que periodistas, son propaladores del mensaje oficial. Quien paga manda, quien cobra obedece.

No se enojaron ni hablaron hasta que sintieron en carne propia lo que muchos sienten desde hace rato.

El problema no es todo lo que hace (y lo que no hace) el gobierno, el problema es que el Intendente da una entrevista a medios nacionales y no atiende a los medios locales.

Pero parafraseando a Alves da Costa, ‘porque no dijeron nada, ya no pueden decir nada.’

Asuman su cuota de responsabilidad porque muchos de ustedes con su silencio cómplice garantizaron que hoy Zárate esté como está, porque cuando tendrían que haber hablado callaron.

Porque no aprendieron de aquel mensaje de Diego Maradona al lograr la clasificación al Mundial de Fútbol de Sudáfrica hace ya 11 años y medio a Toti Pasman y hoy se sienten igual.

Osvaldo Cáffaro sí lo aprendió.

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